1 oct 2014

La enfermera y el motorista





          El motorista, que se ha dado una torta impresionante, ha tenido mucha suerte, sólo ha salido con excoriaciones y contusiones de todos los formatos, colores y dolores, pero está vivito y coleando. 

La enfermera de urgencias comienza a curarle con paciencia, parsimonia y dedicación exclusiva, avisándole "aquí te va a doler", "esto te va a escocer", "esto se te va a curar mal"...

Él es morito de toda la vida y ella rociera de toda la vida también.

Ella va con cariño dejándole limpio, pulcro, lleno de antisépticos, cremas y vendajes. Y le dice con su acento andalú gracioso y tierno "¡ay, corazón, si es que pareces un Cristo de Medinaceli!".
Se ríe a carcajadas, esparadrapo en ristre y mira de reojo a la médico y pide su opinión, "¿a que sí, doctora?, ¿a que se parece al Cristo de Madinaceli?". 

La médico mira sorprendida a la enfermera y a ese ecce homo, sin saber muy bien qué cara poner ante el mundo musulmán convocado en torno al paciente, pero se cachondea de la enfermera, alucinando por la comparación, y dice "sí, le falta la corona de espinas".
Él se ríe con ojos negros y pícaros. Aún no conoce muy bien el idioma y no comprende con exactitud todo lo que ellas dicen, pero su amigo se lo traduce y la enfermera le da todo lujo de detalles de lo que es un cristo de Medinaceli con todas sus heridas.

Los dos se ríen y se sonríen, cómplices de la conquista. 

A la hora de ponerle la vacuna antitetánica, él remolonea, está en Ramadán y no tiene muy claro si debe o no. La enfermera, jeringa en ristre, asertiva (y marimandona) como ella sola, le explica que es una inyección para evitar una enfermedad seria, que no se come y (con tono experto) que no va en contra del Corán.


El diálogo entre ellos es tan gracioso como interesante.
El amigo intérprete y la médico observan y escuchan divertidos.
La escena finaliza con un profundo gesto de agradecimiento por ambas partes, la enfermera por sentirse tan útil y 
él por la atención prestadaY hace mutis por el foro tan hermoso como sus vendajes.


Imagen: airgam boys