20 mar 2013

Mi mosca despistada



Mi mosca despistada, se quedó conmigo en el último verano y me dio pena echarla de casa.
Andaba siempre dando vueltas por mi habitación, conmigo detrás, armada con trapos y revistas, subiéndome por camas, mesas y sillas, tratando de ahuyentarla. A punto estuve de utilizar insecticida, pero temí morir yo antes y me abstuve de cometer el  insecticidio. Empecé a acostumbrarme y a mirarla con otros ojos, desconozco con cuáles de los suyos me miraba ella, pero desde luego está claro que no veía muy bien, porque se daba unos guarrazos sonoros contra los cristales, que seguro producían mucho dolor, luego se quedaba un rato atontada, pero yo no sentía que fuera ético atacarla en su estado de desventaja.
Y yo ya se lo decía cada dos por tres, "mira Maruja, si sales por el cristal que está abierto llegarás muyyyyyyy lejos, pero no vuelvas a entrar corazón, porque te vas a dar la torta otra vez".
Pero, eso, lo dicho, empezó a darme pena, fue llegando el otoño y la dejé que se quedara haciéndome compañía, amenizando mis horas de abstracción en el ordenador y posándose en las páginas de mis libros para indicarme por dónde tenía que seguir leyendo. Yo le daba miguitas de galleta, cachitos de entrecot pulverizado, pizcas de manzana,... y así está ahora, hermosa como una mosca reina, así no hay quien salga de ningún sitio. Si ya me lo dijo mi madre, "hija mía, mejor podías cuidar así a los moscones, que se te van todos, en vez de aplastarlos de un zapatazo".
Maruja tiene un zumbido cariñoso y sensual, se conoce ya todos lo rincones de mi casa, ha explorado los conductos del aire acondicionado y estoy segura de que habrá encontrado allí a algún inquilino polizón con el que cambiar pareceres.
Estoy pensando en incluirla en mi plan de pensión de jubilación.

Foto lazy fly

6 comentarios:

  1. Algunas moscas acaban siendo como familia,o aún antes o después para lo bueno para lo malo hasta que la muerte las separa.
    El relato me ha hecho reir.

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  2. Rafael: si te quieres casar con la mosca de la protagonista, primero has de pedirle su patita.

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  3. Sol de mi geranio. Tu mosca te engaña. Se hace pasar por la del verano para que la trates a cuerpo de reina. Pero una mosca no vive más de un mes. Aunque puede que con el entrecot a la pimienta en aerosol que le das hayas modificado la genética moscardona.

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  4. Joe de mis Andreses: mira que sí, que vas a tener razón, que llevo yo ya un tiempo con la mosca detrás de la oreja.
    Voy a llorar amargamente un rato, ahora vuelvo y hablo con mi mosca que no es mía con la zapatilla en la mano.

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  5. Esa mosca tiene mucha guasa, es como lo de los chinos ¿de verdad son todos iguales? ¡Qué grande eres, Xris?
    Besos

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  6. Arruillo, yo lo único que sé de ella es que hace Bzzzzzz

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